16 de julio de 2014

8 mitos de supervivencia que podrían matarte


Ya sabes cómo va el cuento, en caso de desastres naturales o en situaciones de adversidad, hay variedad de teorías sobre las acciones que, supuestamente, podrían ayudarnos a mantenernos con vida.

Gracias a la televisión y a la interminable cantidad de información en Internet, todos poseemos opiniones aparentemente bien fundamentadas sobre cómo actuar al momento de enfrentar algún peligro (que aunque real, difícilmente podría ocurrir).

Sin embargo, a pesar de que todo ese conocimiento popular resulte de utilidad en algunos casos del día a día, en ocasiones puede estar completamente equivocado, terminando por perjudicarnos. Según el escritor Neil Strauss, existen 8 mitos erróneos sobre supervivencia que podrían colocarte en un verdadero riesgo si llegas a seguirlos. Si conoces algunos de estos, lo mejor sería revisar a conciencia los conceptos. Dale un vistazo.

1. Si te pierdes en el desierto, puedes sobrevivir bebiendo agua de los cactus.

En primera instancia, es importante señalar que resulta extremadamente difícil extraer el agua que reside en el interior de estas plantas (probablemente quedarás más sediento si intentas llevar a cabo dicha tarea). Por otra parte, solamente es posible obtener unas pocas gotas de agua, y peor aún, estas pueden provocar vómito y cólicos.

2. Si un tiburón te ataca, dale un puñetazo en la nariz.

Totalmente una leyenda. Los tiburones son mucho más rápidos que una persona en el agua y en dado caso de que se llegue a acertar en la nariz del animal, es probable que no se aturda como muchos imaginan, al contrario, lo más seguro es que se enfurezca todavía más (además, es posible que muerda la mano). Si por azares del destino llegas a encontrarte con un tiburón algún día, un ataque veloz a los ojos del animal y a las branquias con algo puntiagudo te daría mayor probabilidad de sobrevivir al fatídico encuentro. Los casos en los que los bañistas escaparon de esta forma pueden ser explicados por otros factores y no precisamente por un puñete en la nariz.

3. Durante un terremoto, permanece bajo el marco de una puerta.

Este mito podría ser válido para las construcciones más antiguas, en las que el marco de la puerta realmente se consideraba el lugar más resistente de una casa. Sin embargo, en las construcciones modernas, si llegaras a resguardarte en este lugar, es muy probable que termines con lesiones de gravedad, ya que las estructuras de los marcos generalmente son muy frágiles, puntos de ruptura que pueden fallar durante las vibraciones de la Tierra. Lo recomendable es refugiarse debajo de una mesa o entre el espacio de la cara de un mueble y el suelo, el famoso triangulo de la vida.

4. Si eres mordido por una serpiente, succiona el veneno.

Según Strauss, dicha afirmación es un error. El veneno de una serpiente es capaz de viajar rápidamente a través del organismo por el torrente sanguíneo y al tratar de succionarlo podrías pasar más bacterias a la herida. Además, colocarse el veneno en la boca es un nuevo camino para esparcirlo (si tienes una herida pequeña en la boca, por ejemplo). Tampoco el clásico torniquete es recomendado, de hecho, hace mucho que los médicos lo desaconsejan. Lo mejor que podrías hacer en este caso es calmarte para disminuir la frecuencia cardiaca y ganar tiempo para encontrar a un médico. Identificar a la serpiente también resulta esencial para la aplicación del antídoto correcto.

5. Si eres alcanzado por una flecha, retira rápidamente el objeto.

Eso es algo que jamás debe hacerse con ningún objeto que haya penetrado el cuerpo y permanezca adentro, pues al retirar de forma brusca el objeto, podrían sufrirse nuevas lesiones. O peor aún, quizá el objeto haya formado un tapón que impida la salida de la sangre, y al retirarlo podría acelerarse la hemorragia de forma peligrosa. ¿Qué hacer? Es mejor mantenerse inmóvil hasta que un profesional retire el objeto, evitando posibles daños mayores.

6. Si te pierdes en regiones heladas, es posible comer nieve.

No se sabe cómo este mito llegó a tener tanta popularidad, pero si sigues dicha recomendación podrías terminar muerto. Si te encuentras perdido entre montañas repletas de nieve, jamás comas hielo para saciar el hambre, pues este no hará nada más que bajar tu temperatura corporal. Tu cuerpo necesita mantenerse caliente y el hielo robará un poco de calor en estas condiciones adversas. La mejor opción aquí es derretir la nieve si es posible y beber el líquido.

7. Durante una tormenta eléctrica, túmbate en el suelo.

Es algo extremadamente desaconsejable, ya que si el rayo llega a impactar en una región próxima al suelo donde te encuentres acostado, todo tu cuerpo podría recibir el impacto (las oportunidades de ser quemado o de tener un ataque cardiaco son mucho mayores). En ese caso, la mejor opción para escapar de los rayos es correr agachado, especialmente si estás en un campo abierto. Los rayos no alcanzan fácilmente cosas que están en movimiento y mucho menos cuando son pequeñas.

8. Orar no te ayudará.

Quizá este sea uno de los puntos más polémicos de la lista, ya que muchas personas argumentan que rezar en momentos críticos no ayuda en nada – en el sentido de la acción efectiva. Sin embargo, según los estudios de Strauss, al rezar conseguirás tranquilizarte, incluso si estás en situaciones de límite o estrés, y podrás tomar decisiones mejores y más focalizadas, con la mente organizada. No importa a quien hagas oración, el hecho se caracteriza por ser independiente de la religión (es más un momento de reflexión).

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